Jorge peregrino La leyenda cuenta que en 1862 en una de esas zonas llamada “Tres Zapotes” un ingeniero mexicano llamado José María Melgar se encontraba realizando excavaciones en la zona para lo cual había contratado a gente del lugar y entre ellas se encontraba un anciano que le llevaba de comer todos los días que había entablado una estrecha amistad con él.
El clima de la zona, lluvioso y fangoso, dificultaba su labor, el tiempo corría y el dinero se acababa, el trabajar día y noche aun bajo la lluvia le había traído como consecuencia un fuerte resfriado con altas fiebres que lo postraron en cama. Esa noche, en su delirio, se le apareció en sueños el anciano amigo suyo, solo que vestía distinto, con una especie de túnica que le daba un señorío y aire de religiosidad. Se acerco y le dijo, “es hora de que sean recordados nuestros antepasados más antiguos, que resurja nuestra raza… debes hacer un ritual ceremonial, un ayuno y ofrecer a los cuatro vientos las ofrendas para solicitar el permiso de los espíritus sagrados y acceder a nuestro legado, tu espíritu es puro y tu intención impecable”
Esa mañana amaneció de mejor salud y busco al anciano a quien pidió su ayuda para llevar a cabo lo que en su sueño le fue ordenado… el anciano lo ayudo junto con algunos ancianos mas del pueblo y esa misma noche se desato un fuerte diluvio, los relámpagos iluminaban el negro cielo aborregado y los truenos retumbaban en las montañas…
Fue al día siguiente, que los trabajadores fueron a despertarlo con la noticia de que la lluvia, de manera milagrosa, había por sí misma, descubierto en buena parte la primera y colosal Cabeza olmeca la cual fue considerada una rareza aislada del arte maya, pues se ignoraba la existencia de la cultura olmeca en esa fecha. Fue llamada la Cabeza de Hueyapán. Y el anciano nunca más fue visto por el lugar.
Leyendas y Costumbres de México.
México Prehispánico
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